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MITOS Y PREJUICIOS ACERCA DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO
La cultura es un instrumento poderoso que influye fuertemente en la manera de pensar, sentir y actuar de las personas. Es decir, en sus valores, en la forma de entender el mundo y también en los prejuicios y mitos que se tienen acerca de diversas situaciones.
La violencia está rodeada de prejuicios que condenan de antemano a las mujeres y justifican a los hombres violentos. Un gran número de refranes y dichos populares los refuerzan.
Estos mitos, que muestran a mujeres eligiendo ser maltratadas o disfrutando de la violencia que padecen, nos hacen tener una predisposición negativa ante ellas, provocando en la sociedad un efecto de rechazo no sólo hacia las víctimas de la violencia sino hacia las mujeres en general.
En este apartado, señalaremos algunos de los mitos más arraigados y extendidos entre la población:
MITO 1º "Sólo en las familias con problemas hay violencia".
Habría que comenzar afirmando que en todas las familias y uniones hay problemas, ya sean económicos, laborales, de salud o los derivados de la propia convivencia entre varias generaciones; pero lo que diferencia a unas de otras es la manera de enfrentarlos. Unas, lo hacen a través de la violencia, por lo que nunca terminan de superar las dificultades, sino que, por el contrario, las agravan. Otras en cambio, utilizan la escucha, el diálogo, el respeto mutuo y la negociación.
MITO 2 º "Hombres adictos a drogas como el alcohol, parados, con estrés en su trabajo... son violentos como efecto de su situación personal".
Se intenta justificar a estos hombres por su circunstancia problemática y transitoria. Pero este hecho queda desmentido al demostrar que también son violentos cuando no están sometidos a ninguna adicción o situación conflictiva concreta.
Además, muchos de estos hombres no son violentos en su medio social o laboral, gozando de una imagen de persona respetable e incluso admirada.
MITO 3º "La violencia dentro de casa es un asunto de la familia y no debe salir ni difundirse fuera".
Creer que la familia es un ámbito privado e "intocable", ha hecho que siempre se vea disculpada e ignorada la violencia en el espacio doméstico, tanto por los Estados como por la propia sociedad.
Ante los delitos que se realizan en la familia las personas callan y no intervienen por un falso respeto a su intimidad. Pero ningún acto que dañe a las mujeres física y psicológicamente puede ser considerado como privado de la familia.
MITO 4º "La violencia sólo existe en familias con pocos medios económicos".
La violencia se da en todos los grupos sociales y étnicos. Existe una tendencia a pensar que las mujeres de familias con más recursos económicos no sufren violencia por razón de sexo. Esto no es cierto, la violencia que soportan puede ser más psicológica, pero también afecta a su identidad como mujeres, causándoles un daño muy importante.
Estas mujeres, a pesar de contar con más recursos económicos, suelen estar sometidas a una serie de presiones de tipo social que les impide comunicar su problemática o demandar ayuda de los servicios sociales, como por ejemplo el hecho de querer salvar la carrera profesional del esposo, la vergüenza ante su círculo social, "el qué dirán", aparentar que su vida es un éxito, etc.
MITO 5º "Siempre se exagera la realidad cuando se habla de violencia contra las mujeres".
Cuando una mujer solicita ayuda, generalmente la situación ya es seria. Los hombres violentos y la sociedad en general no lo reconocen y niegan sus actos diciendo que "no es para tanto" o que quien confunde la realidad es la propia mujer.
MITO 6º "La violencia la sufren un tipo concreto de mujeres, con características muy estereotipadas: mujer pasiva, joven (entre 20 y 35 años de edad), sin trabajo remunerado, con descendencia y que vive con un alcohólico o parado".
Sin embargo, hay que tener en cuenta que cualquier mujer puede sufrir agresión. No hay un tipo de mujer que tienda a ser maltratada, tener una agresión sexual... Con esta idea sólo se consigue reducir el problema y tranquilizarse pensando que es una situación que afecta únicamente a un grupo determinado de mujeres, así como estigmatizar a quienes las han sufrido, condenándolas al silencio.
MITO 7º "Si no se van es porque les gusta".
A veces nos hacen creer que las mujeres no se separan de los hombres maltratadores porque disfrutan con las agresiones. Pero son la dependencia económica, la falta de relaciones afectivas donde apoyarse, el estado emocional en que se encuentran (pérdida de la autoestima, depresión, mideo...)y la esperanza de que su pareja cambie los verdaderos y principales motivos por los que una mujer tarda en tomar la decisión de abandonar a su agresor.
MITO 8º "Cuando las mujeres dicen NO quieren decir SÍ".
Los hombres violentos piensan que las mujeres no se atreven a manifestar sus deseos sexuales y por ello "creen" que las tienen que obligar o forzar.
Pero cuando una mujer dice NO, significa que NO QUIERE.
MITO 9º "En el caso de que tengan hijas o hijos es mejor que aguanten".
Si la mujer es agredida, los niños y las niñas presenciarán la humillación de sus madres, convirtiéndose en testigos y en muchos casos también en víctimas directas, lo cual suele llevar a producirles trastornos de conducta, salud y aprendizaje.
Los niños incorporarán un modelo de relación agresivo, que reforzarán con sus compañeros y amigos. Este modelo puede ser reproducido en futuras relaciones de pareja o con sus hij@s e incluso hasta con sus propias madres.
Estos son algunos de los mitos más extendidos, pero hay que tener en cuenta que cada uno de los tipos de violencia tiene sus propios y específicos mitos. Así, por ejemplo:
A. "El violador es un enfermo mental y no es plenamente responsable de lo que hace".
Los violadores son personas que no tienen porque tener ningún aspecto o rasgo físico determinado. Muchos de ellos realizan una vida normal e incluso pueden ser personas respetadas en la comunidad. La justificación de enfermos únicamente sirve para quitar responsabilidad al violador.
B. "Es imposible violar a una mujer en contra de su voluntad".
En el delito de la violación parece que la sociedad exige a la mujer víctima un "certificado de haberse defendido", cosa que no se pide en otro tipo de delitos como pueden ser el robo u otro tipo de agresiones.
En una situación en la que está en juego la vida de una persona, debería aconsejarse no oponer resistencia y obedecer las órdenes del agresor, sin que esto signifique que la mujer dé su consentimiento.
C. "La mujer violada es la responsable del delito por provocar al violador".
Existe una tendencia por parte de la sociedad a juzgar la conducta de la mujer violada más que la del violador: si la mujer llevaba una vida ordenada y regular, si se vestía de forma adecuada, si salía de noche, si hacía autostop, etc.
Los violadores no eligen a sus víctimas por su imagen llamativa, agrediendo incluso a niñas y ancianas. Desprender una imagen de inseguridad puede ser un factor que favorezca las agresiones.
D. "La mayoría de las violaciones se producen a altas horas de la noche en descampados y por personas desconocidas".
Más de la mitad de los actos de violación son llevados a cabo por personas conocidas y en lugares no deshabitados.
Fuente: www3.uva.es/maltrato/vgenero.htm
La cultura es un instrumento poderoso que influye fuertemente en la manera de pensar, sentir y actuar de las personas. Es decir, en sus valores, en la forma de entender el mundo y también en los prejuicios y mitos que se tienen acerca de diversas situaciones.
La violencia está rodeada de prejuicios que condenan de antemano a las mujeres y justifican a los hombres violentos. Un gran número de refranes y dichos populares los refuerzan.
Estos mitos, que muestran a mujeres eligiendo ser maltratadas o disfrutando de la violencia que padecen, nos hacen tener una predisposición negativa ante ellas, provocando en la sociedad un efecto de rechazo no sólo hacia las víctimas de la violencia sino hacia las mujeres en general.
En este apartado, señalaremos algunos de los mitos más arraigados y extendidos entre la población:
MITO 1º "Sólo en las familias con problemas hay violencia".
Habría que comenzar afirmando que en todas las familias y uniones hay problemas, ya sean económicos, laborales, de salud o los derivados de la propia convivencia entre varias generaciones; pero lo que diferencia a unas de otras es la manera de enfrentarlos. Unas, lo hacen a través de la violencia, por lo que nunca terminan de superar las dificultades, sino que, por el contrario, las agravan. Otras en cambio, utilizan la escucha, el diálogo, el respeto mutuo y la negociación.
MITO 2 º "Hombres adictos a drogas como el alcohol, parados, con estrés en su trabajo... son violentos como efecto de su situación personal".
Se intenta justificar a estos hombres por su circunstancia problemática y transitoria. Pero este hecho queda desmentido al demostrar que también son violentos cuando no están sometidos a ninguna adicción o situación conflictiva concreta.
Además, muchos de estos hombres no son violentos en su medio social o laboral, gozando de una imagen de persona respetable e incluso admirada.
MITO 3º "La violencia dentro de casa es un asunto de la familia y no debe salir ni difundirse fuera".
Creer que la familia es un ámbito privado e "intocable", ha hecho que siempre se vea disculpada e ignorada la violencia en el espacio doméstico, tanto por los Estados como por la propia sociedad.
Ante los delitos que se realizan en la familia las personas callan y no intervienen por un falso respeto a su intimidad. Pero ningún acto que dañe a las mujeres física y psicológicamente puede ser considerado como privado de la familia.
MITO 4º "La violencia sólo existe en familias con pocos medios económicos".
La violencia se da en todos los grupos sociales y étnicos. Existe una tendencia a pensar que las mujeres de familias con más recursos económicos no sufren violencia por razón de sexo. Esto no es cierto, la violencia que soportan puede ser más psicológica, pero también afecta a su identidad como mujeres, causándoles un daño muy importante.
Estas mujeres, a pesar de contar con más recursos económicos, suelen estar sometidas a una serie de presiones de tipo social que les impide comunicar su problemática o demandar ayuda de los servicios sociales, como por ejemplo el hecho de querer salvar la carrera profesional del esposo, la vergüenza ante su círculo social, "el qué dirán", aparentar que su vida es un éxito, etc.
MITO 5º "Siempre se exagera la realidad cuando se habla de violencia contra las mujeres".
Cuando una mujer solicita ayuda, generalmente la situación ya es seria. Los hombres violentos y la sociedad en general no lo reconocen y niegan sus actos diciendo que "no es para tanto" o que quien confunde la realidad es la propia mujer.
MITO 6º "La violencia la sufren un tipo concreto de mujeres, con características muy estereotipadas: mujer pasiva, joven (entre 20 y 35 años de edad), sin trabajo remunerado, con descendencia y que vive con un alcohólico o parado".
Sin embargo, hay que tener en cuenta que cualquier mujer puede sufrir agresión. No hay un tipo de mujer que tienda a ser maltratada, tener una agresión sexual... Con esta idea sólo se consigue reducir el problema y tranquilizarse pensando que es una situación que afecta únicamente a un grupo determinado de mujeres, así como estigmatizar a quienes las han sufrido, condenándolas al silencio.
MITO 7º "Si no se van es porque les gusta".
A veces nos hacen creer que las mujeres no se separan de los hombres maltratadores porque disfrutan con las agresiones. Pero son la dependencia económica, la falta de relaciones afectivas donde apoyarse, el estado emocional en que se encuentran (pérdida de la autoestima, depresión, mideo...)y la esperanza de que su pareja cambie los verdaderos y principales motivos por los que una mujer tarda en tomar la decisión de abandonar a su agresor.
MITO 8º "Cuando las mujeres dicen NO quieren decir SÍ".
Los hombres violentos piensan que las mujeres no se atreven a manifestar sus deseos sexuales y por ello "creen" que las tienen que obligar o forzar.
Pero cuando una mujer dice NO, significa que NO QUIERE.
MITO 9º "En el caso de que tengan hijas o hijos es mejor que aguanten".
Si la mujer es agredida, los niños y las niñas presenciarán la humillación de sus madres, convirtiéndose en testigos y en muchos casos también en víctimas directas, lo cual suele llevar a producirles trastornos de conducta, salud y aprendizaje.
Los niños incorporarán un modelo de relación agresivo, que reforzarán con sus compañeros y amigos. Este modelo puede ser reproducido en futuras relaciones de pareja o con sus hij@s e incluso hasta con sus propias madres.
Estos son algunos de los mitos más extendidos, pero hay que tener en cuenta que cada uno de los tipos de violencia tiene sus propios y específicos mitos. Así, por ejemplo:
A. "El violador es un enfermo mental y no es plenamente responsable de lo que hace".
Los violadores son personas que no tienen porque tener ningún aspecto o rasgo físico determinado. Muchos de ellos realizan una vida normal e incluso pueden ser personas respetadas en la comunidad. La justificación de enfermos únicamente sirve para quitar responsabilidad al violador.
B. "Es imposible violar a una mujer en contra de su voluntad".
En el delito de la violación parece que la sociedad exige a la mujer víctima un "certificado de haberse defendido", cosa que no se pide en otro tipo de delitos como pueden ser el robo u otro tipo de agresiones.
En una situación en la que está en juego la vida de una persona, debería aconsejarse no oponer resistencia y obedecer las órdenes del agresor, sin que esto signifique que la mujer dé su consentimiento.
C. "La mujer violada es la responsable del delito por provocar al violador".
Existe una tendencia por parte de la sociedad a juzgar la conducta de la mujer violada más que la del violador: si la mujer llevaba una vida ordenada y regular, si se vestía de forma adecuada, si salía de noche, si hacía autostop, etc.
Los violadores no eligen a sus víctimas por su imagen llamativa, agrediendo incluso a niñas y ancianas. Desprender una imagen de inseguridad puede ser un factor que favorezca las agresiones.
D. "La mayoría de las violaciones se producen a altas horas de la noche en descampados y por personas desconocidas".
Más de la mitad de los actos de violación son llevados a cabo por personas conocidas y en lugares no deshabitados.
Fuente: www3.uva.es/maltrato/vgenero.htm
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