Cuatro de cada cinco presas padecen maltrato y abusos antes de entrar en la cárcel

Instituciones Penitenciarias presenta un plan de acciones para la igualdad con el que pretende terminar con la violencia de género.

Más del 80 por ciento de las mujeres que entran en prisión han sido víctimas a lo largo de su vida de episodios de violencia, como malos tratos y abusos, que les han condicionado su relación con la sociedad y su evolución personal.

Así lo adelantó este mes la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, quien presentó un plan de acciones para la igualdad en el ámbito penitenciario, con el que Prisiones pretende acabar con las discriminaciones en este ámbito, conocer las características de las mujeres encarceladas, atender sus necesidades y poder erradicar la violencia de género.

Para su puesta en marcha se ha constituido una comisión técnica formada por especialistas en materia de igualdad, familia, infancia y violencia de género que, a modo de observatorio, velará por el cumplimiento del proyecto.

Con estas medidas, la institución pretende que estas féminas, en el tiempo que pasen en prisión, puedan «recomponer su vida», afrontar los asuntos que les han hecho ingresar en la cárcel y otros que llevaban aparejados, como la droga, la relación en el ámbito familiar, la falta de formación y cuestiones relacionadas con su salud.

«Esta tarea se tiene que complementar abordando los problemas, en los que en algunas ocasiones ellas no son culpables, sino víctimas», insistió Gallizo, quien ahondó en el alto porcentaje de presas que habían sido víctimas de abusos y de malos tratos, una cuestión que Prisiones está ya afrontado con programas específicos, «porque es una realidad a la que no hay que cerrar los ojos».

Muchas de ellas no han sido conscientes de que han sido víctimas de esos abusos y maltrato hasta llegar a prisión, una vez que los especialistas han trabajado con ellas y los han detectado.

Pero a los responsables de las cárceles también les preocupa la condición de madre de muchas de las mujeres que están en prisión, y es que más de un 70 por ciento de las reclusas están en edad reproductiva, con lo que muchas de ellas tienen hijos -algunas antes de ingresar y otras ya en la cárcel- y la separación de ellos les supone «un padecimiento especial».

Gallizo cree que un niño no tiene que estar en la cárcel y por ello está desarrollando las llamadas unidades de madres, con menores de tres años, un nuevo modelo de centro que saca a los pequeños de las prisiones y que tendrá un máximo de 60 plazas.

Se plantea construir cinco recintos de este tipo: en Madrid, Sevilla, Valencia y Canarias, aunque en este último lugar ya ha comenzado a funcionar.

Actualmente hay más de 200 niños que viven en los módulos de madre, que se encuentran dentro de las prisiones, y en la unidad de Las Palmas que ya está en uso.

El plan pretende «vencer las dificultades» de las mujeres en las cárceles, en donde son minoría, ya que representan el 8,5 por ciento de la población penitenciaria, con un total de 5.300 presas.

Equipo de Investigación.
Área Violencia Doméstica y Maltrato.

Instituto Europeo Campus Stellae.
Correo electrónico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Queremos saber lo que opinas. Gracias por colaborar.