Una experta advierte en Menorca del aumento de malos tratos en personas mayores

La titular de Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Violante Martínez, ha afirmado en Menorca que el número de malos tratos a personas mayores va en aumento en la actualidad desde que hace tres décadas comenzasen a detectarse los primeros casos. Martínez ha lamentado también las dificultades existentes a la hora de interceptar estos sucesos así como la "escasa" intervención de las Administraciones públicas.

Tras la ponencia 'La violencia doméstica: el caso de las personas mayores', que ha pronunciado dentro del curso de verano 'Violencia en las sociedades actuales: violencia y malos tratos en mayores, niños y mujeres', organizada por la UNED, Martínez ha explicado que se trata de un fenómeno "realmente imperante" que contrasta con el "tabú" que existía hace treinta años en torno a los malos tratos contra los ancianos.

La especialista atribuye este incremento al desconocimiento que en la actualidad existe acerca del cuidado de los mayores así como al ritmo de vida, que conduce a que los ancianos "sean abandonados", llegando a ser "recluidos" en habitaciones del hogar o en centros para su cuidado. Según ha apuntado, el trato denigrante contra este colectivo se tradujo en 8.918 casos a nivel nacional en el año 2005. A este respecto, ha recriminado que la cifra ha ido en aumento sobre todo por la "muy poca" implicación de las Administraciones en la prevención de este tipo de sucesos, lo que provoca, ha afirmado, que la probabilidad de que se produzcan malos tratos sea de un 80%. Por este motivo, ha instado a las instituciones públicas a que intervengan con políticas preventivas, principalmente a través de los órganos educativos, sanitarios y penales, a fin de evitar estos incidentes.

En relación con el tipo de malos tratos, ha manifestado que éstos, provocados tanto por cuidadores como por familiares, especialmente hijos, pueden ir desde quitarles la comida o no darles los medicamentos hasta violencia física (golpes o quemaduras), psíquica económica o patrimonial (uso de los bienes del afectado), sexual (abusos) o de autonegligencia (abandono de sí mismos por la falta de afecto). No obstante, ha añadido que se trata de casos esporádicos y poco representativos que difícilmente son detectados o pasan desapercibidos debido a la incapacidad de los mayores, dependientes y de avanzada edad, a denunciar el maltrato, sobre todo si éste es practicado por un familiar del que depende tanto afectiva, física o económicamente.

Extraído de
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/07/01/baleares/1214932435.html