LA MAYORÍA DE CASOS NO SALEN A LA LUZ

Muchos casos no salen a la luz y no se denuncian porque no sabemos identificar los signos que delatan que a un niño le maltratan, o bien porque cuando las evidencias existen preferimos evitar problemas o tememos que hacerlas públicas pueda volverse contra del propio niño. O también porque el presunto maltratador es una persona próxima o conocida.

Es un problemas de dimensión e interés comunitario: la sociedad en su conjunto debe buscar las soluciones, pero... cuando un particular alimenta fundadas sospechas de que un niño o niña está sufriendo malos tratos debe actuar con responsabilidad ética y con la máxima prudencia. Lo primero es poner el caso en manos de los Servicios Sociales, que determinarán cómo se aborda la situación desde el aspecto legal, psicológico, familiar, escolar y contando con la colaboración de las instituciones especializadas en atención a menores.

Si las intervenciones públicas tardan en actuar, no lo hagamos nosotros directamente ante el niño ni ante la familia. Y mucho menos aún, convirtamos estos hechos en objeto del cotilleo y morbo de la vecindad.

La discreción y el sentido común son, en este caso, un deber moral y favorecen la solución de estas situaciones. Pensarprimero en la imagen y honorabilidad de los supuestos maltratadores, puede generrar un exceso de celo que a la larga institucionaliza el maltrato , puede ser perjudicial.

Debemos arropar a los niños-as victimas de maltrato , igual que lo hacemos con la violencia contra las mujeres. Las leyes deben facilitar los tramites a seguir, y crear LA CONCIENCIA SOCIAL, de que el que conoce y sabe que existe maltrato en un menor concreto, Y NO DENUNCIA, se convierte automaticamente en verdugo y complice.

Hay que desterrar las desfasadas creencias , de que se trata de un problema de familia INTIMO. Esta equivicada idea lo unico que hace es favorecer a que el numero de vitimas crezca. Y los menores son los adultos del futuro cercano.

Si los servicios sociales no atienden nuestra demanda con agilidad , tenemos el deber cívico de denunciar el hecho ante las autoridades, especialmente cuando la violencia que sufre el niño es manifiesta y reiterada. Corresponde a los servicios públicos de atención a la infancia abordarestas situaciones, pero todos somos responsables de favorecer las condiciones sociales para que los derechos de los niños sean respetados.

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