Área Violencia Doméstica y Maltrato.
Formación y Becas de Estudio.
Subvención a Empresas y Parados.
Tlf: +0034 981 94 08 09 / 630 327 998
Web: www.campus-stellae.com
Email: live@campus-stellae.com
El maltrato psicológico, un problema para las mujeres y los hombres
Si bien el maltrato psíquico es un fenómeno viejo, lo novedoso es su revelación como problema social. El maltrato psicológico se sustenta en comportamientos intencionados, ejecutados desde una posición de poder y encaminados a desvalorizar, producir daño psíquico, destruir la autoestima y reducir la confianza personal. Su padecimiento lleva a la despersonalización, al mismo tiempo que genera dependencia de la persona que los inflige. El que maltrata se vale para ello de insultos, acusaciones, amenazas, críticas destructivas, gritos, manipulaciones, silencios, indiferencias y desprecios.
En la esfera de lo privado lo sufren más las mujeres que los hombres, también se produce en la relación de los padres con los hijos, y cada vez más se incrementa el maltrato de los hijos sobre sus padres, quizá como consecuencia de una educación cada vez más permisiva y del uso de la violencia en los conflictos del mundo de los adultos. En el ámbito público, el maltrato psicológico está presente en el mundo laboral y en el escolar.
Estos maltratos psíquicos no son tan visibles ni manifiestos como los físicos. De hecho, en muchas ocasiones la persona que los padece no es consciente de ellos hasta que sufre una agresión corporal. Las agresiones continuadas, verbales y no verbales, el silencio, la indiferencia, los gestos, crean una relación siniestra de dependencia entre el que maltrata y el que lo padece, ambos terminan necesitándose, uno porque solo siente que no es nadie y el miedo y la angustia lo paralizan, y el otro porque se siente que es alguien a través de la dominación que ejerce.
A la hora de identificar conductas para intentar conseguir la dominación puede tenerse en cuenta, la intimidación, la toma repentina del mando tomando decisiones sin consultar, la apelación al argumento de la lógica y la «razón» para imponer ideas, la insistencia abusiva a fin de obtener por agotamiento lo que desea a cambio de un poco de «paz», el control del dinero, el uso expansivo del espacio físico, la manipulación emocional que genera dudas sobre sí mismo y propicia sentimientos negativos y de dependencia, las descalificaciones que conllevan la indefensión, la desautorización y desvalorización que generan sentimientos de inferioridad, la falta de intimidad, el distanciamiento, las mentiras, el incumplimiento de promesas, la autoindulgencia con la que elude el que maltrata su propia responsabilidad, el intento de generar lástima a través de comportamientos auto lesivos o amenazas de suicidio.
Algunos síntomas y manifestaciones de la persona objeto de maltratos psicológicos son dolores de espalda y articulaciones, irritabilidad, cefaleas, insomnio, fatiga permanente, tristeza, ánimo deprimido y ganas de llorar sin motivo aparente, ansiedad y angustia, inapetencia sexual, actitudes tales como sensación de vergüenza, sentimiento de culpa, temor generalizado, mantenimiento de una mirada huidiza, dejadez social y escasez comunicativa con explicaciones vagas y confusas.
Existen señales de alerta de conductas que evidencian o derivan hacia el maltrato psicológico, por ejemplo ignorar los sentimientos de la pareja, ridiculizar o insultar a las mujeres u hombres como grupo, ridiculizar o insultar la mayoría de los valores, creencias, religión, raza, herencia o clase de la pareja, utilizar su visto bueno, aprecio o afecto como castigo, continuamente criticar, insultar o gritar, humillar en privado y/o en público, rechazar mantener relaciones sociales en su compañía, controlar el dinero y todas las decisiones, rechazar compartir el dinero o que trabaje, no permitir su acceso al dinero o a las llaves del auto u otros bienes, amenazar con abandonar o decir que se va, amenazar con hacer daño, castigar o maltratar a otros integrantes de la familia, acosar con asuntos que se imagina que el otro está haciendo, manipular con mentiras y contradicciones, destruir cosas durante las discusiones, manejar armas de forma amenazante.
Estos maltratos son sufridos por mujeres y hombres de todas las edades, grupos sociales y económicos, culturas y países. Su gran incidencia, la gravedad de las secuelas, el alto costo social y económico, y en especial la degradación que produce la violación del derecho de las personas a ser tratadas como tales y al respeto que merece toda existencia humana los convierten en una cuestión de gran relevancia pública.
Fuente: http://www.laciudadavellaneda.com.ar/noticias/wmview.php?ArtID=15776
Si bien el maltrato psíquico es un fenómeno viejo, lo novedoso es su revelación como problema social. El maltrato psicológico se sustenta en comportamientos intencionados, ejecutados desde una posición de poder y encaminados a desvalorizar, producir daño psíquico, destruir la autoestima y reducir la confianza personal. Su padecimiento lleva a la despersonalización, al mismo tiempo que genera dependencia de la persona que los inflige. El que maltrata se vale para ello de insultos, acusaciones, amenazas, críticas destructivas, gritos, manipulaciones, silencios, indiferencias y desprecios.
En la esfera de lo privado lo sufren más las mujeres que los hombres, también se produce en la relación de los padres con los hijos, y cada vez más se incrementa el maltrato de los hijos sobre sus padres, quizá como consecuencia de una educación cada vez más permisiva y del uso de la violencia en los conflictos del mundo de los adultos. En el ámbito público, el maltrato psicológico está presente en el mundo laboral y en el escolar.
Estos maltratos psíquicos no son tan visibles ni manifiestos como los físicos. De hecho, en muchas ocasiones la persona que los padece no es consciente de ellos hasta que sufre una agresión corporal. Las agresiones continuadas, verbales y no verbales, el silencio, la indiferencia, los gestos, crean una relación siniestra de dependencia entre el que maltrata y el que lo padece, ambos terminan necesitándose, uno porque solo siente que no es nadie y el miedo y la angustia lo paralizan, y el otro porque se siente que es alguien a través de la dominación que ejerce.
A la hora de identificar conductas para intentar conseguir la dominación puede tenerse en cuenta, la intimidación, la toma repentina del mando tomando decisiones sin consultar, la apelación al argumento de la lógica y la «razón» para imponer ideas, la insistencia abusiva a fin de obtener por agotamiento lo que desea a cambio de un poco de «paz», el control del dinero, el uso expansivo del espacio físico, la manipulación emocional que genera dudas sobre sí mismo y propicia sentimientos negativos y de dependencia, las descalificaciones que conllevan la indefensión, la desautorización y desvalorización que generan sentimientos de inferioridad, la falta de intimidad, el distanciamiento, las mentiras, el incumplimiento de promesas, la autoindulgencia con la que elude el que maltrata su propia responsabilidad, el intento de generar lástima a través de comportamientos auto lesivos o amenazas de suicidio.
Algunos síntomas y manifestaciones de la persona objeto de maltratos psicológicos son dolores de espalda y articulaciones, irritabilidad, cefaleas, insomnio, fatiga permanente, tristeza, ánimo deprimido y ganas de llorar sin motivo aparente, ansiedad y angustia, inapetencia sexual, actitudes tales como sensación de vergüenza, sentimiento de culpa, temor generalizado, mantenimiento de una mirada huidiza, dejadez social y escasez comunicativa con explicaciones vagas y confusas.
Existen señales de alerta de conductas que evidencian o derivan hacia el maltrato psicológico, por ejemplo ignorar los sentimientos de la pareja, ridiculizar o insultar a las mujeres u hombres como grupo, ridiculizar o insultar la mayoría de los valores, creencias, religión, raza, herencia o clase de la pareja, utilizar su visto bueno, aprecio o afecto como castigo, continuamente criticar, insultar o gritar, humillar en privado y/o en público, rechazar mantener relaciones sociales en su compañía, controlar el dinero y todas las decisiones, rechazar compartir el dinero o que trabaje, no permitir su acceso al dinero o a las llaves del auto u otros bienes, amenazar con abandonar o decir que se va, amenazar con hacer daño, castigar o maltratar a otros integrantes de la familia, acosar con asuntos que se imagina que el otro está haciendo, manipular con mentiras y contradicciones, destruir cosas durante las discusiones, manejar armas de forma amenazante.
Estos maltratos son sufridos por mujeres y hombres de todas las edades, grupos sociales y económicos, culturas y países. Su gran incidencia, la gravedad de las secuelas, el alto costo social y económico, y en especial la degradación que produce la violación del derecho de las personas a ser tratadas como tales y al respeto que merece toda existencia humana los convierten en una cuestión de gran relevancia pública.
Fuente: http://www.laciudadavellaneda.com.ar/noticias/wmview.php?ArtID=15776
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Queremos saber lo que opinas. Gracias por colaborar.